El peor videojuego de la historia fue creado en 1995 y no vendió un solo CD. Su nombre es Desert Bus, y ofrece como máxima diversión, recorrer una carretera en línea recta durante ocho horas consecutivas. Y si el jugador quiere hacer una pausa, pierde y debe reiniciar el juego.
Se trata de llevar un bus desde Tucson hasta Arizona en tiempo real, respetando la velocidad reglamentaria, y con una ruta que no incluye una sola curva. Tampoco hay vehículos que esquivar, y de vez en cuando, se logra ver en pantalla, algún cactus o un letrero que pretenden dar la sensación de que se avanza.
El juego solo permite un jugador, al que se le exige, además de una increíble tolerancia al aburrimiento, mantener firme el timón del bus virtual; pues, este, ha sido programado para dirigirse constantemente a la derecha. Hay que estar sumamente alertas. Un despiste puede obligar al esforzado videogamer a iniciar de nuevo.
Aquellos que logren llegar al final del camino son premiados con el máximo puntaje que otorga el juego por cada carrera: un punto. Y aunque resulte increíble, hay quien se ha atrevido a dar más de un recorrido con el Desert Bus. Según The New Yorker, es Morgan van Humbeck, quien ha logrado la hazaña de acumular 5 puntos.
Los creadores de este juego lo habían incluido en un paquete llamado Penn & Teller"s Smoke and mirrors, destinado a alimentar consolas Sega; y para estimular su uso, idearon premiar a quienes consigan llegar a los 100 puntos (es decir, 800 horas de manejo), con un viaje real entre Tucson y Las Vegas en un bus lleno de coristas y con una banda en vivo. Cómo es de esperar, el primer lugar quedó desierto.
Actualmente solo existe una versión online de Desert Bus, que invita al aburrimiento por una buena causa: los conductores que acepten el reto de conducirlo, afortunadamente, solo por un tramo, colaboran con una donación para hospitales infantiles alrededor del mundo.
Sin duda el juego ideal para los cardiacos.