Una sentencia más que insólita. Un juzgado de la ciudad de Cleveland, en Ohio (Estados Unidos), decidió condenar al escarnio público a un ciudadano que cometió una infracción menor: amenazar por teléfono a varios agentes de la Policía.
El juez Pinkey Carr sentenció a Richard Demeron a pasar tres horas al día durante una semana con un cartel colgado del cuello en el que se puede leer: “Pido disculpas al oficial Simone y al resto de agentes de la policía por ser un idiota y llamar al 911 amenazándoles con matarles. Lo siento y no volverá a ocurrir”.
El hombre reconoció que se encontraba ebrio al momento del incidente y ahora cumple a cabalidad con la sanción, que diversos medios han tildado de ridícula y poco práctica, debido a que pudo habérsele obligado a labor social.
No es la primera vez que el juez Carr impone un castigo de este estilo. El año pasado, obligó al autoinsulto a una mujer que circuló por la acera para adelantar a un autobús escolar. La sentenciada en esa ocasión también se reconoció como una idiota para hacer esa maniobra.
Esta noticia me causo mucha gracia, sería bueno este tipo de penas, pero la verdad es muy humillante para las personas, aunque se lo merecen no deberían hacerles eso.
